Este campo santo ubicado un la comuna de Recoleta, fue inaugurado el 9 de diciembre de 1821 por Bernardo O'Higgins, se caracteriza por tener grandes personajes de nuestra historia descansando entre sus 86 hectáreas, además se puede encontrar una gran diversidad de tumbas con los más variados diseños arquitectónicos y esculturas traídas de diferentes partes del mundo, lo que convierte a este recinto en un lugar que todos deben conocer por su valor patrimonial.
Cuando las personas nacen están destinadas a morir, por lo cual la necesidad de tener un lugar digno donde enterrar y recordar a los difuntos se hace muy importante, para que los seres queridos puedan visitarlos cuando quieran.
Generalmente los mausoleos están hechos para familias completas, para que así puedan descansar juntos en paz para siempre.
Mucha gente no puede olvidar a sus seres queridos, por lo cual, los visitan seguidamente para que siempre sigan vivos en sus mentes.
Los fríos muros del campo santo, guardan las historias de muchas personas, que en algunas ocasiones pasan al olvido.
Según el Barón francés Juan Laugt Arcos, acá la vida no muere, sino que es sólo el dolor el que duerme.
Acá los difuntos comienzan con su eterno descanso.
Los ángeles son testigo del dolor de las personas cuando sepultan a un ser querido.
Las flores son las encargadas de hacer parecer este recinto un lugar más amigable para las personas.
Esta estatua demuestra la tranquilidad que este recinto ofrece para todas las personas.
Los nichos son una alternativa que tienen las personas para que sus difuntos estén en paz.
A pesar de lo lúgubre que puede ser una tumba, la gente se encarga de cambiar esa perspectiva adornando con muchas flores.
Los ángeles son los encargados de guiar a las almas hacia el cielo, para que así puedan estar junto a Dios.
Acá se puede apreciar como los familiares de los detenidos desaparecidos aún esperan por sus seres queridos.